Natalia Fracassi, Laura Gurini y Carolina Lopez
El miércoles 6 de diciembre de 2017 se realizó la implantación de un pequeño monte (alrededor de 800m2) de leñosas nativas del bosque ribereño del Delta del Paraná. El mismo está constituido por 21 ejemplares que incluyen, Sauce criollo, Aliso de río, Chal chal, Anacahuita, Canelón, Sen del campo, Espina de bañado, Timbó, Ingá, Seibo, Yerba de bugre y Laurel de rio.
Originalmente la forma de vida predominante en los albardones de las islas del Delta ha sido la arbórea, constituyendo los Bosques Ribereños. Éstos acompañan los cursos de agua y se caracterizan por presentar diferentes estratos: arbustos, herbáceas, trepadoras, epífitas y por supuesto, árboles. Particularmente, el Bosque Ribereño del Bajo Delta se conocía con el nombre de “Monte Blanco”, nombre asignado probablemente por la tonalidad clara de las cortezas de las especies componentes. La degradación y modificación de las costas y el cambio de uso de la tierra generó la casi desaparición de este ambiente y sus especies, y la baja representación en el territorio.
Actualmente la Ecorregión del Delta e Islas del Río Paraná es considerada con “Alta Prioridad de Conservación” en la escala regional y el «Monte Blanco» constituye uno de los sitios prioritarios tanto en las estrategias de conservación en bosques plantados de salicáceas, como en la Ley de Presupuestos Mínimos de los Bosques Nativos de la Provincia de Buenos Aires y en la Certificación Forestal Argentina (CerFoAr). Es por ello que la restauración de este ambiente y la conservación de los servicios ecosistémicos que brinda es parte de los proyectos de INTA. La conservación de la flora asociada a los bosques como recurso apícola, es también muy importante ya que el Delta constituye una región que aporta elementos para la producción de miel, polen, propóleos y material vivo.
En función de lo antedicho, los objetivos de esta plantación son múltiples e incluyen: la generación de un banco de semillas de leñosas nativas actualmente con baja representatividad en el territorio; el aumento de la conectividad a nivel de paisaje del bosque ribereño; el estudio y seguimiento de los períodos de la floración de cada especie y su uso apícola por la abeja Apis mellifera; la generación de espacios de refugio y alimentación para especies de fauna nativa así como otras especies de flora de sotobosque. Además, la información relacionada a la obtención de recursos por parte de las abejas, será aplicada en sistemas silvo-apícola pastoriles del Bajo Delta del Paraná.
Finalmente, con esta plantación se busca valorizar los servicios ecosistémicos que brinda a la apicultura la biodiversidad de especies nativas y también demostrar el valor del trabajo interdisciplinario y conjunto entre diferentes áreas de producción y conservación.
Se contempla enriquecer el monte en los próximos años con especies y ejemplares con otros usos como ornamentales, fitorremediadores, medicinales, comestibles y madereros (ej. sarandí colorado y blanco, curupí y pindó).
Algunas especies del monte blanco son: Sauce criollo (Salix humboldtiana), Aliso de río (Tessaria integrifolia), Chal chal (Allophylus edulis), Anacahuita (Blepharocalyx salicifolius), Canelón (Myrsinelae tevirens), Sen del campo (Senna corymbosa), Espina de bañado (Citharexy lummontevidense), Timbó (Enterolobium contortisiliquum), Ingá (Inga uruguensis), Seibo (Erythrina crista-galli), Yerba de bugre (Lonchocarpus nitidus), Laurel de río (Ocotea acutifolia), Sarandí colorado (Cephalanthusglabratus, y blanco (Phyllanthussellowianus), Curupí (Sapium haematospermum ), Pindó (Syagrusr omanzoffiana), Blanquillo (Sebastiania commersoniana) y Murta (Myrceugenia glaucescens)
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